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La espiritualidad, la transformación, el bien, el mal y la libertad.

Actualizado: 9 nov 2022



En el artículo anterior afirmé que el fundamento del carácter moral del ser humano radica en la transformación, ahora quiero profundizar en dicho punto.


Por ejemplo, un león no es sujeto de evaluación de bien o mal, él ve a una gacela con su cría y dice: "no me voy a comer a la madre porque seguramente morirá su cría, pero tampoco voy a comerme a la cría porque va a sufrir su madre, voy a buscar otra gacela"; no, de ninguna manera sucede esto.


En cambio el ser humano se cuestiona si su actuación va a ser buen o mala, y esto es porque el ser humano puede conocer las causas, y una de ellas es la causa final; por lo que su acto transformador corresponde a la causa final la evaluación será positiva y si no, será negativa.


Esta situación convierte al ser humano en un ser ético, es decir un sujeto cuyos actos transformadores son sujetos de ser calificados como buenos o malos.


Si profundizamos en el acto transformador y su carácter ético surge un elemento trascendental y necesario a la transformación, este elemento es la libertad.


Si quitamos de la ecuación de la transformación la libertad, la transformación en sí misma quedaría anulada, como sucede en los animales, solo reaccionaríamos instintivamente y de manera necesaria, sin embargo para poder transformar requerimos de la libertad , la cual influye no sólo en cuanto a bien o mal, sino en cuanto a poder elegir entre el abanico de las posibilidades transformadoras, esto permite que la transformación no sólo se evalúe en términos de bien o mal, sino de mejor que otra o menor.


Por tanto, transformación, libertad y ética son elementos básicos de la espiritualidad.


Analicemos con más detalle dichos elementos, la libertad es necesaria para que la transformación se dé, conecta al ser humano entre las posibilidades existentes de transformar, desde la parte interior hacia el exterior que se verá consolidada en el hacer de lo hecho, y la parte ética conecta a lo hecho transformado externo con el interior humano en su parte interna.


Esta relación libertad-tramsformación-ética constituye el centro y raíz del carácter espiritual del ser humano y es precisamente lo que lo diferencia del carácter sólo vital, que si bien lo tiene no es lo que lo diferencia de otros seres vivos.


Hemos hablado de ética y no de moral, este punto lo analizaremos en el más adelante, ya que ético y moral no son lo mismo.


Continuará...

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